Si Dios Supiera

De sobra es conocido entre mis habituales que soy una persona no creyente, aunque en ciertas ocasiones le nombre e incluso le haya pedido algun que otro favor a ese al que todos llamamos Dios.

Esta tarde en nuestra tarea habitual de oficina, entre papeles, correos electronicos y conversaciones telefonicas, hablaba con una compañera, recien incluida en el mundo de amor entre dos mujeres, el que esta experimentando ella desde hace unos meses y el que llevo yo experimentando y compartiendo a ratos en este blog desde hace casi ya cuatro años.

Mi compañera me comentaba con cierta vergüenza lo sorprendida que está por haber descubierto tantos sentimientos al lado de una mujer con 31 años. Siente las tipicas contradicciones de la primera relacion homosexual, el miedo al rechazo y a la incomprensión que todas en algun momento hemos sentido. De hecho, ella misma ha dicho esa gran frase: "no me he enamorado de una mujer, sino de una persona". Una persona que ella misma reconoce que necesita tener a su lado, oler su pelo, hablar con ella, acariciarla y sentirla cerca.

Nos hemos pasado casi una hora hablando de amor, de lo que sentimos hacia nuestras respectivas mujeres, de lo bonito y de lo dificil que puede ser la vida en pareja, mas aun en nuestro caso, en el que por desgracia, hay mucha gente que no acepta, quizas por desconocimiento, quizas por educacion. Y es ahi cuando hemos tocado el tema de la religion, en el rechazo de la Iglesia, que podria dar para un post interminable. Nuestra tarde de parloteo ha acabado con una frase ante la que me he tenido que quitar el sombrero:

Si Dios supiera cuanto nos queremos, y lo felices que nos hacemos, una relación homosexual no estaría mal vista. Amor es Amor, independientemente de si te lo da un hombre o una mujer.

Olé!.

T.