miércoles, 15 de julio de 2009

un idioma....mil dialectos

Es curioso como podemos llegar a cambiar de palabras ciertos términos de nuestro idioma. No, hoy no estoy filosófica, si acaso, costipá o engripá. Nunca he tenido un andaluz muy excesivo a la hora de hablar, motivado seguramente porque en mi casa se entremezclan tres idiomas distintos. Con el paso de los años he ido aprendiendo que lo que en mi casa de llama finoquio es realmente hinojo, o que si le cuento a alguien que he comido saté no entienda muy bien de que hablo. A mi me pasó igual la primera vez que alguien me contó que había comido en blanco. Ingenua de mi, creí que lo que me estaban contando es que no se había enterado muy bien de lo que habia comido, porque estaba un poco ennortao mientras almorzaba. Luego resulto que el en blanco era algo como una sopa de pescado, creo.

Cuando me saltaba las clases para ir a visitar a unas amigas en otro instituto, una me decia "¿ya estas de pellas otra vez?" y la otra respondía "es que esta tía, siempre se está haciendo la rabona". Yo, en mi pasotismo ilustrado y habitual, siempre cantaba "la rabona es la mas gorda de mi pueblooooo, rabonaaaaa, te quieroooo". Menos mal que ya he madurado. O no.

Realmente cuando mas idioma he aprendido ha sido en estos ultimos tres o cuatro años, cuando he tenido la oportunidad de relacionarme con mas extranjeros, entendiendose por extranjeros, gente que viviera fuera de mi pueblo (las fronteras las pone cada uno donde le da la gana).
Resulta que casi nadie entiende lo que es hacerse un checo, que hay un autobús al que llaman el moco, o que el jamón york se puede comprar en lascas, siempre y cuando la charcutera no sea una rabúa.
Tambien he aprendido que cuando furruas, un veetal puede sentarle muy bien a tu estómago. Ojo, no confundir el veetal con las veetaciones, porque no tienen nada que ver una cosa con la otra.
Y por supuesto, he aprendido mil sinónimos, ya se que un escupitajo es lo mismo que un lapo o gapo, que comerse la boca con alguien es lo mismo que buscarle cuello, y así podría seguir hasta el infinito y más allá.

Como bien le he dicho un par de veces a mi prima, no desesperes si a la primera no entiendes a alguien, nuestro idioma, nuestra forma de hablar es un poco compleja, y a veces, ni siquiera yo, llego a comprender a la primera lo que me estan contando.

Un poquito de vibaporú


T.

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